Paola Edith - Capítulo 9: ¡Tierra a la vista!

Capítulo 9

¡Tierra a la vista!





Jueves 4 de febrero, 11 PM 




Querido diario:


¡Tengo noticias! ¡Muy buenas noticias! 
Esta tarde recibí un llamado de Judit pidiéndome que me presente en el Teatro Cenegal porque su jefe quería entrevistarme. Estaba yo tranquila, durmiéndome frente al televisor, medio soñando despierta que estaba dentro de la aburrida película que estaban pasando, y tuve que salir de urgencia porque en una hora el señor Linares (el jefe de la compañía) tenía otra reunión. 
Dormida como estaba no le pregunté si podía ir vestida informal, pero como de cualquier manera no tenía otro vestido más que el que había usado para la presentación y repetir tampoco sería una buena opción, fui vestida como estaba. 
Cuando llegué, Judit y Jhonny me estaban esperando afuera. Por suerte ir vestida informal fue lo correcto. 


Alberto Linares Mesa, un hombre que apenas ha pasado de los 40, es hoy encargado de toda la compañía del Teatro Cenegal. Sobrino del dueño del edificio (y único heredero), tuvo que tomar las riendas de todo al perder a su padre, quien se encargaba anteriormente. Jhonny me contó más tarde que él trabajaba como chef en un restaurante y que había decidido dejarlo todo por respetar el trabajo de toda la vida de su padre y su tío, que habían levantado el teatro juntos, desde cero. 
La verdad es que fui con un poco de miedo, pero el señor Alberto resultó ser un hombre, por decirlo de alguna manera, normal. En toda la entrevista tuvo conmigo una actitud de igual a igual, nunca sentí que me tratara como a la novata adolescente que soy, por el contrario me sentí muy bien recibida y eso hizo que tuviera más confianza en mí misma. 
En la entrevista no solo hablamos de instrumentos y planes a futuro, sino también de cosas personales. Supongo que querría estar seguro de mi compromiso (por eso de que los aspirantes abandonaban el trabajo al poco tiempo), y creo que algo en mi historia lo ha convencido, ¡porque conseguí el trabajo! 



Así que aquí me tienes, la nueva integrante de la Compañía de Actores y Músicos del Teatro Cenegal, aún temblando y con una sonrisa de oreja a oreja. 
Me hubiese encantado que la abuela estuviera aquí para compartir este momento con ella… 

Apenas regresé del teatro llamé a mis amigos. Todos se pusieron muy contentos y propusieron celebrarlo con una salida el fin de semana, pero luego vino Akira de visita y me invitó a pasar el fin de semana en Selva Dorada… No quisiera dejar colgados a mis amigos, pero tampoco estoy en condiciones de rechazar un viaje (ni quiero hacerlo). Así que pospondré la salida para el otro fin de semana. 



¡Selvadorada! Llevo años viendo publicidad sobre el lugar y creí que nunca iba a poder conocerlo. ¡Estoy tan emocionada! 
La verdad es que hoy es un día en que bien podría explotar, no me entran más sensaciones en el cuerpo. Creo que no podré dormir. 
Tendré que avisarle a mi jefe que ya no iré a trabajar a la cafetería, pero me quedaré allí hasta que consiga alguien que me reemplace, porque de cualquier manera necesito el dinero. No sé cuándo cobraré mi primer sueldo en la compañía ni de cuánto será (aunque estoy segura que será más alto que el de la cafetería), y necesito comprarme ropa nueva para ir a trabajar. También me ha dicho el señor Linares que sería ideal que comience a practicar violín, así que tendré que comprar uno… ¡Ay! ¡Qué feliz me siento! Tan feliz que hoy, al regresar del teatro, volví a encontrar la basura desparramada ¡y no me importó! 


El señor Linares me ha dicho que podría empezar a trabajar a mitad de la semana entrante. En principio mi trabajo se limitará a asistir a los integrantes más antiguos de la compañía en lo que necesiten mientras voy aprendiendo sobre el oficio. Trabajaré de 9 a 5, así que no tendré problemas con la cafetería. 
Judit y Jhonny me han dicho que lo usual es ir al trabajo con traje, pero no uno formal sino que simplemente buscan estar presentables. Me han dicho que puedo también usar jeans o falda, pero con camisa, y que no debo usar calzado deportivo. En fin, es solo sentido común, así que no creo que tenga problemas con eso. La razón es que al dueño del teatro le gusta ver a los trabajadores impecables, no está de acuerdo con eso de que los músicos se vean desaliñados “porque el arte es así” (textuales palabras), y como el ambiente de trabajo es agradable, a nadie le cuesta cumplir con ese deseo. 

He quedado con Miko para ir a San Mishuno mañana de compras, y ella se ha organizado con Akira para que pueda visitar su departamento sin tener que cruzarme con Darling en el pasillo. Ellos viven en el mismo piso, así que espero que todo salga bien. No quiero que nada empañe este momento de felicidad… 




Por otro lado, me he puesto a pensar más detenidamente en el viaje y he caído en la cuenta de que pasaré más tiempo con Akira que el de costumbre… aparte de que dormiremos en la misma casa. Le dije que sí sin pensarlo mucho y ahora estoy algo preocupada por este asunto. 
Hasta ahora se ha comportado como un caballero, creo que está esperando a que yo dé el primer paso respecto a lo sexual, pero yo no he sido del todo sincera con él aclarándole que no tengo intenciones aún. Tengo miedo que este viaje sea una excusa para dormir juntos y que él reaccione mal a mis negativas. ¿Y si no puedo negarme? ¿Y si se enoja mucho y me deja sola en Selvadorada? ¿Y si accedo y no vuelvo a verlo nunca más? 
La verdad es que no sé qué hacer. Quizás debería hablar con él antes, y en todo caso, si todo tiene que terminar, que sea aquí y ahora y no a 600 kilómetros de casa. Mañana hablaré con Miko, ella tiene más experiencia que yo y conoce más a Akira. Sé que sabrá aconsejarme bien.






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