Margarita y Santiago no toleran estar juntos. Ambos gritan sin escuchar al otro.
Intentan ignorarse dentro de la casa, pero el aire se corta y ambos están muy tensos. La situación no tiene buena pinta.
Margarita decide que quiere irse, al menos hasta que este conflicto tenga un desenlace, y va a visitar a Carolo para comunicarle su decisión.
Carolo la comprende y la apoya, y le ofrece uno de sus abrazos que todo lo curan.
Unos minutos después Margarita habla de la posibilidad de mudarse a la casa de Carolo, cree que puede ser un buen momento ya que ambos están al tanto del conflicto y van a trabajar juntos para solucionarlo... pero a Carolo no le parece una buena idea después de todo. Horas antes había fantaseado con proponérselo, pero de pronto la posibilidad se hacía tangible y un futuro incierto lo abofeteaba sin piedad, llenándolo de miedos disfrazados de excusas.
Carolo dudó un momento de su decisión. A Margarita no le gustó nada su respuesta y ahora estaba ahí, muda en el sillón, dándole otra oportunidad de responder y cambiar de opinión. ¿Qué hacer? Carolo de verdad no quería ni podía convivir con Margarita, acababa de gastar un dineral en mejorar su casa y su apariencia, no estaba listo. No. Definitivamente, ¡no estaba listo!
Tomó coraje y se sentó a su lado para intentar explicarle sus razones, pero Margarita no dejó que abriera la boca y comenzó a cuestionar la veracidad de su amor...
—Margarita, vos desconocés la magnitud de mi amor. Estas ignorando muchas cosas que hago por vos y me parte el alma que no creas en lo que siento y no comprendas mis razones —dijo Carolo con voz temblorosa. Y Margarita ya no supo qué decir, así que corrió al comedor para intentar calmarse frente al ordenador. Carolo la siguió después de un momento y se sentó a cenar detrás suyo, esperando inútilmente que ella decidiera pedirle disculpas y hacer las pases...
...pero en lugar de eso, Margarita simplemente se fue sin decirle nada.
Carolo lloró al sentir el portazo y algo dentro de él se quebró, pero en el fondo sabía que había tomado la decisión correcta. Debía dejar que Margarita recapacite y lo comprenda, aunque le explotara el pecho por dejarla ir así.
Por su parte, Margarita decidió llamar a su primo Javier como plan B.
Javier era un joven adinerado y snob que tenía su propio piso en San Myshuno. Quizás pasar un tiempo en la ciudad le alivianara la carga.
Javier estuvo de acuerdo al instante en que Margarita pasara un tiempo en su piso ,y ella, no sé si con buenas o malas intenciones, le envió un mensaje de texto a Carolo comunicándole su partida.
Carolo leyó el mensaje, su estómago se anudó, volvió a llorar... y respondió simplemente "ok".
ooh cada vez se pone intenso, espero que carolo no se arrepienta de no aceptar a margarita en su casa
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